Bajo Rubio, O., & Munés, M. A. O.I Y Tratados Comerciales. MACROECONOMÍA Union Europea
Pág.:523-524
En diciembre de 1991, los países miembros de la Unión Europea (en adelante, UE) firmaron el tratado de Maastricht, que estipulaba la creación de una moneda unificada, el euro, que entraría en vigencia en Europa en 1999. Para poder calificar como miembro de la Unión Monetaria Europea, el país interesado tenía que cumplir con los criterios de Maastricht: su déficit presupuestario no podía exceder el 3% del PIB. El Euro comenzó a operar el 1 de enero de 1999. Once naciones europeas cumplieron con los requisitos para ingresar en la primera etapa, llamada EURO-11: Bélgica, Alemania, Portugal y Finlandia. En alguna fecha posterior, otros países que no calificaron o que no quisieron integrarse podrán convertirse en miembros de la UME, siempre y cuando armonicen sus políticas fiscales y monetarias y logren superar la oposición política interna. La política monetaria de la UE está a cargo del recién creado Banco Central Europeo. Esta institución es independiente de los gobiernos locales y debe cumplir el mandato de mantener la estabilidad de precios dentro de la unión. Para lograrlo, necesitará controlar las tasas de interés y cumplir ciertos objetivos referentes a la inflación y a los agregados monetarios. La UME ofrece varias ventajas a sus miembros, pero no está exenta de desventajas. El hecho de que varios países usen la misma moneda reducirá sustancialmente los costos de transacción en el intercambio de bienes, trabajo y capital entre países, con lo que se estimulará el comercio, la integración de los mercados y la competencia.
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